martes, 9 de septiembre de 2014

Como peces sedientos en medio del mar

El místico y poeta sufí Rumi sugiere que somos como peces sedientos en medio del mar, desconociendo el hecho de que estamos ya inmersos en lo que buscamos. Nos agitamos desesperadamente, cuando todo lo que necesitamos hacer es nadar, que es la expresión natural de nuestro ser.
Estamos condicionados a esta noción de que algún otro nos dará amor.
Creemos con todo nuestro ser que hemos encontrado el amor cuando encontramos a ese otro.
Pero no hemos hallado amor. Hemos encontrado una proyección desesperadamente defectuosa, una imagen imposible.
Hemos encontrado a alguien que no puede darnos lo que ya tenemos, lo que siempre hemos tenido, y lo que vamos a tener siempre.
Hemos encontrado el oscurecimiento de nuestra visión, el olvido de nuestro amor, el abrumador sopor de nuestro condicionamiento.
No hemos encontrado amor. Hemos contraído y reducido la natural expansión del universo a un mundo burbuja que consiste en mí y en el otro. Nos hemos convertido en el centro de la burbuja, y todo lo que vemos es el reflejo de ese centro en la superficie interior de la burbuja.
Este mundo brillante es perfecto, es tal y como lo esperábamos, es todo aquello que deseábamos. Y entonces la burbuja estalla.

Steven Harrison, Being One

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