sábado, 27 de septiembre de 2014

Pregunta: Creo que entiendo su punto acerca de usar técnicas de meditación. Pero la paz que he sentido durante la meditación es algo que no he experimentado antes. ¿Cómo puede usted desecharla completamente? ¿No piensa que tiene algún uso, como herramienta de relajación, por ejemplo?

S.H.: Ciertamente, la meditación tiene usos tecnológicos. Parece relajarnos,  bajar la presión sanguínea, aumentar la concentración, y alterar el funcionamiento y la química del cerebro. Yo sugeriría que la meditación no tiene ningúna utilidad cuando buscamos una transformación fundamental. Este es el punto en el cual la tecnología de cualquier tipo, incluída la meditación u otras técnicas psico-espirituales se vuelven inútiles. La meditación real es la expresión de un cuestionamiento abierto, no el medio hacia algún fin. Si la meditación como tecnología no se descarta en este punto, se vuelve una especie de droga, y funciona para producir un estado que se siente placentero, valioso o socialmente construído como "espiritual". Simplemente repetiremos el proceso meditativo, conseguiremos ese bienestar transitorio que decrece en algún momento, y repetiremos el ciclo. Esto es mejor que la adicción a las drogas, pero realmente no es muy diferente en el fondo.
El dolor y el conflicto son mensajeros. La incomodidad se transforma apenas se disuelve la resistencia y  se escucha abiertamente. El mensaje emerge, mientras que el dolor y el yo que se resiste se unen en el silencio.

Me estoy riendo y voy a seguir por un tiempo más. He estado practicando zen y mi mujer dice que me he vuelto un zombie. Tiene razón. Lo que usted dice me ha resonado intimamente como nada antes. Nunca me di cuenta de lo exigente que una persona puede ser consigo misma. Ahora pienso que puedo estar más tiempo con ella y no viajar una hora y media sólo para aprender otro concepto.

Las esposas usualmente tienen razón.

Usted no cree en el proceso de negar pensamientos, pero yo creo que si uno lo practica asiduamente, el ego se vuelve más débil y llega un punto donde desaparece.  Este método no produce una dramática pérdida del ego, sino una pérdida más lenta y menos traumática.

El socavamiento del ego que describís tiene que ver con el cambio relativo. Pero cómo puede eso ayudar a la transformación fundamental, cuando el que está encargado de disminuir el ego, es justamente el problema? Tenés la idea de que el "yo" puede hacer algo acerca de su condición, lo cual es la ilusión fundamental.


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Estás tratando continuamente de mejorar, y haciendo esto, estás en verdad creando el problema. Cuando ves el círculo completo, sólo te quedás observando esa paradoja. Eso es todo. No hay nada que hacer con ella. Es un estado del ser que nos incomoda mucho a la mayoría de nosotros. Sólo quedate con una condición que no está rota y no es reparable - e imperfecta.

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¿Qué significa el dolor cuando el dolor es psicológico? No es una pierna rota, es la mente diciendose a sí misma que duele. La mente recurre a la memoria y dice "esto pasó entonces y entonces o va a suceder ahora o en el futuro, por lo tanto necesito estar en conflicto". Tenés que tratar de curar el dolor para que sea real. Pero no hacer nada acerca del dolor cambia la dimensión en la cual éste existe. No es que desaparece, pero no absorbe nuestra energía de "hacer" a su alrededor. La función  del hacer, entonces, no es ya reflectiva de la idea de "mi", la cual es dolor. Esta función se expande en una relación con la vida entera.
La función del hacer empieza a expresarse a sí misma como vida, no como "yo". Aquí es donde pienso que comienza el mundo transformado, en términos de estructura de la realidad. Hasta que esto ocurra, las únicas estructuras que tendremos serán las viejas formas una y otra vez. Es un proceso enteramente mecánico. No tiene nada nuevo. Es un sistema cerrado que no permite que ocurra nada nuevo.


Steven Harrison, The Questions to Life's Answers

sábado, 20 de septiembre de 2014

¿Querés ser feliz?

     Bienvenido a la realidad post-espiritual. No sabemos nada acerca de ella.
     Tenemos que sumergirnos en lo que está pasando, en lugar de estar mirando la vida.
     La posición del observador es un lugar seguro, nada te puede tocar ahí. Eso es bárbaro, pero esto también es la tragedia de estar observando mi vida desde afuera - nada me puede tocar. Yo elijo sumergirme en la vida donde todo me toca. No tenés que hacer eso. Podés mantenerte aparte de la vida. Permanecer en un lugar seguro. No te puedo molestar ahí, nadie puede acercarse a vos.

     No hay "ensayo" en esto. Es como estar parado al borde de un precipicio, mirar abajo y decir "creo que trataré de saltar". No hay "tratar", sólo saltás. No hay prueba, hay sólo el saltar. Y de pronto estoy cayendo y no sé si golpearé con las rocas allá abajo o el viento me sostendrá y me llevará a algún lugar nuevo- si querés, saltá. No sé cómo vos lo hacés, pero tiene que ver con que el lugar seguro se empieza a sentir como muerto. ¿Se siente vivo para vos? Para el observador, el movimiento de la vida sucede allá afuera. El lugar del observador está intacto.

     Esta es la belleza de la meditación - no vas a ser tocado por nada. Podés practicar, te podés ir por semanas y no ser alcanzado por el dolor de tus rodillas y todo lo demás en tu vida. Esto es un gran poder, pensamos. Y nos da una sensación de control, verdad? Fijate si querés meterte en la vida. Vas a ser tocado por todo, y algo te va a hacer sentir bien, y algo te va a hacer sentir mal. No hay garantías.
     Pueden suceder cosas malas, o no. Ocurrieron en el pasado y es la causa de que nos ocultáramos en el lugar del observador. Es inteligencia. Si cada vez que te veo, vos me pegás en la cara, entonces cuando te vea venir me voy a esconder detrás de un árbol. Eso es inteligencia. ¿Como voy a convencerme a mí mismo de mostrarme a ver si me vas a pegar o no? Estoy ahí atrás ocultándome, ocultándome, ocultándome, pero en algún punto ocultarme es peor que ser golpeado. Todos sienten que van a ser golpeados si entran en la vida. Y es por eso que nos escondemos. No estoy diciendo que no sea verdad. Por ahí hoy todos decidimos salir y pensamos "voy a entrar a la vida" y pum, nos noquean.

    Por eso la pregunta "¿querés ser feliz?". Si querés ser feliz, quedate detrás del árbol y decite que sos feliz. Aquí va un aforismo - "hay algo fundamentalmente conflictivo con querer ser feliz". ¿Que vas a hacer con esa frase?
     Si querés ser feliz, entonces querés ser feliz. Este es el hecho, y ciertas directivas surgen de él. Algunos movimientos en la historia y en la filosofía han sugerido que desear la felicidad está mal, y esos movimientos usualmente no han funcionado bien. Si querés ser feliz, entonces querés ser feliz, y vas a encarar las acciones que pensás que van a producir la felicidad. Pero mi pregunta es, "¿es eso lo que quiero en mi vida?". La búsqueda de la felicidad, la recolección de experiencias, el rechazo de lo que temo - es eso lo que realmente estoy buscando? Yo estoy interesado en la exploración total de lo que es la vida.

     No estoy sugiriendo de que haya elección acerca de lo que estoy diciendo.
    Desde mi punto de vista, a la energía de la vida no le importa tu experiencia subjetiva de felicidad. Simplemente no le importa. Entonces la limitación de tu  mundo es la limitación de la burbuja que vos definís como felicidad. Si sos feliz ahí, bien. El problema con eso es que apenas vemos que es una burbuja, no es más felicidad, verdad? Cuando hablamos de felicidad, en realidad estamos hablando de la idea de felicidad. El hecho de la felicidad no deja huellas. No hay rastros, ni siquiera podemos hablar acerca de él, no podemos referirnos a él, porque realmente no existe. Es cuando el "yo" se disuelve. La sensación de conexión es la ausencia de . Yo traigo a mí esa experiencia y pienso, "yo era feliz y quiero estar así de nuevo". ¿Qué estoy buscando? Estoy persiguiendo algo que yo no puedo tener, todo lo que puedo conseguir es separación. Podés parar de buscar, porque no lo vas a encontrar. Pero si buscás, buscá. Por eso hablo en términos de agotamiento.

Steven Harrison, Love of Uncertainty

miércoles, 17 de septiembre de 2014

Qué hacen los iluminados en su tiempo libre

Tres famosos maestros espirituales, un yogi, un monje y un derviche se encontraron un día y se desafiaron mutuamente a ser completamente honestos acerca de sus debilidades.
     El yogi dijo, "aunque soy conocido por mis grandes privaciones, debo admitir que a pesar de mis esfuerzos para superar este deseo, aún me gusta tomar".
     El monje, un poco colorado pero dispuesto a enfrentar el desafío, dijo, "no tengo problemas con la bebida, pero aunque he meditado y orado, aún no puedo evitar la tentación de las mujeres".
     Hubo una larga pausa y finalmente los dos iluminados que ya habían confesado se volvieron hacia el derviche y le preguntaron, "y entonces, cual es tu falta?".
"Bueno", dijo, "tengo esta espantosa, imparable necesidad de chismosear".

     Los maestros iluminados nos hablan de conciencia cósmica. Nos enseñan acerca de mundos etéreos y los vastos logros del camino espiritual. Pero raramente nos dicen algo acerca de qué hacen en su tiempo libre.
     Podemos imaginar que si fuésemos un ser así, nos levantaríamos temprano para nuestra meditación matutina y un capuccino. Besaríamos a nuestra esposa antes de comenzar nuestro viaje al trabajo en hora pico (que aceptaríamos con ecuanimidad) donde pasaríamos el día haciendo buenas acciones, aconsejando a gente acerca de sus prácticas espirituales y arengando a los devotos a continuar con su devoción. Nunca estaríamos preocupados por la hipoteca de nuestra casa, el alquiler de la oficina, la factura del teléfono o dónde invertir nuestros ahorros. Esos son detalles mundanos y sin importancia que sería mejor derivar a nuestros asistentes.
     Un almuerzo de trabajo con periodistas ansiosos por preguntarnos cómo resolver los problemas mundiales, o quizás con otros iluminados que están pasando por la ciudad. Después de chequear temas con la oficina y escuchar los mensajes del contestador por alguna crisis de último minuto, volveríamos temprano a casa para evitar el tráfico de la tarde.
     Podemos suponer una cena liviana acompañada por una aguda pero profunda conversación con nuestra adorada esposa y quizás algunos pocos conocidos. Habría niños angélicos alrededor, que ni se escucharían. Probablemente estarían ayudándose unos a otros con la tarea escolar o hablando en voz baja acerca de las maravillas de la vida espiritual.
     Todo bien hasta ahora. No es difícil entender como debería ser la vida para un ser iluminado.
     ¿Pero que haríamos después? ¿Es tiempo de leer el diario, hacer palabras cruzadas, tejer? ¿Y qué pasaría los fines de semana y las vacaciones?¿Y el primero de año, cuando todo está cerrado?¿No deberían los seres iluminados hacer algo iluminado?
     ¿Qué hace la gente iluminada en su tiempo libre?¿Y por qué nadie habla de eso?
     ¿Podría ser que estos seres miren las noticias, alquilen una película, juegen en la computadora? ¿Podría ser que hagan cosas no iluminadas? Si son como nosotros fuera del trabajo, ¿son realmente como nos dicen que son en sus horas laborales? Quizás están esperando acabar su profundo discurso para llegar a casa y leer el último capítulo de esa novela romántica o chequear el mercado de las acciones o llamar a viejos amigos y chismosear.
      Quizás están aburridos con su trabajo y piensan que están desperdiciando su vida. Quizás se arrepientan de no haber terminado la universidad. O se preguntan por qué nadie les pregunta cómo les va a ellos. Quizás les gustaría tener permiso para tener un mal día cada tanto. Ciertamente no es fácil el trabajo de ser iluminado - la paga puede ser buena, pero las horas son largas y realmente nunca hay oportunidad de aflojar y relajarse.
     Si los iluminados actúan como nosotros, entonces, quizás son como nosotros, y ,por otro lado, entonces nosotros debemos ser como ellos. Las cosas pueden ser un poco diferentes de lo que parecen en este negocio de la iluminación.
     Investiguemos esto con el próximo ser iluminado que encontremos. Averigüemos cómo les va realmente - y qué hacen en su tiempo libre.

Steven Harrison - Getting to Where You Are

sábado, 13 de septiembre de 2014

Algunos maestros hablan del ego como un camino, antes que una patología. Lo que usted dice es que el ego es patológico.

No. Estoy diciendo que el intento de arreglar el ego es patológico. Diría que cualquier intento de hacer algo con  el ego es patológico. Aquí es donde aparece la expresión de "no hacer nada". ¿Podemos simplemente mirar lo que es sin intentar mejorarlo?¿Y eso cambia de alguna manera nuestra relación con el llamado ego? Porque desde el momento en que tengo un ego y trato de arreglarlo, simplemente he puesto capa tras capa de conceptos sobre algo que ni siquiera estamos seguros que exista.
¿Qué pasa si hago lo contrario? ¿Qué pasa si no hago nada acerca de esta cosa llamada ego? Digamos que soy un tipo arrogante. Soy proclive al enojo, soy un comunicador de cuarta, y estoy tenso todo el tiempo. Puedo tratar de arreglar todo esto a través de cualquier número de técnicas, o puedo hacer absolutamente nada acerca de eso. ¿Qué pasa si esto es la totalidad del universo -mi enojo, mi tensión, mi falta de comunicación? ¿Qué sucede entonces? ¿Qué pasa si eso es todo lo que hay? ¿Cambia entonces fundamentalmente el espacio en el cual yo puedo trabajar con mi experiencia?

Dicho así, suena terrorífico.

Es terrorífico! No tenemos ninguna ruta de escape. Y todo ese mundo orientado a los procesos es una ruta de escape. Es no enfrentarnos con nosotros mismos.  Tiene que ver con no enfrentarnos, creando tiempo, creando un proceso. Si yo pudiera ir a otro retiro, si pudiera inscribirme en otro seminario, o leer otro libro, entonces seré capaz de solucionar todo. Por supuesto esto nunca funciona. Sólo nos estamos alejando más y más de la verdad.
¿Qué pasa si el mundo es sólo el hecho de lo que somos? ¿Que ocurre si yo soy sólo enojo y no hay escapatoria? ¿Verdad que entonces tengo un universo diferente para explorar? Ahora entonces puedo explorar y ver que es realmente el enojo. Y voy a descubrir que el enojo no es lo que me explicó el psiquiatra, ni tampoco lo que dijo el coordinador del taller. Es un hecho que tiene ciertas cualidades. Mueve ciertas partes de mi cuerpo, y dispara cierta clase de emociones y recuerdos, todo lo cual existe ahora mismo. Sólo ahora.
En este momento, hemos salido fuera del tiempo, fuera de lugar, y estamos en un universo transformador. En este momento, el enojo se vuelve energía. Solamente cuando arrojamos ese momento en tiempo y concepto se vuelve enojo. Y ahí se engancha en nosotros de manera que se vuelve permanente.

En otras palabras, cuando lo experimentamos en el momento, no es un problema.

No es nada. Pero como concepto, tenés un problema a resolver.

Y el intento de mejorarlo no lo está arreglando para nada. De hecho, está creando el "problema" que parece necesitar solución.

Exacto. Este es el mundo de Alicia-En-El-Pais-De-Las-Maravillas que la psicología y la espiritualidad han creado.

Steven Harrison: The Question to Life's Answers

Experimentos

Experimento: La próxima vez que estés enojado, no te enfoques en el objeto del enojo (con quién o con qué estás enojado), ni aún con el enojo mismo (el "debería", "no debería", etc.). En cambio, fijate sin podés encontrar al "yo" que está enojado. ¿Quién está produciendo el enojo?

Experimento: La próxima vez que estés enojado, prestá atención a los atributos físicos del enojo. ¿Qué le pasa a tu respiración? ¿Qué sucede con el ritmo de tu corazón? ¿Qué le pasa a tu estómago? ¿Que sucede con tu postura y tus músculos? ¿Quién está haciendo todo esto? ¿Podés cambiar alguna de estas respuestas físicas? Si esas condiciones cambian, ¿podés mantener el enojo? ¿Hay un componente psicológico que afecta a lo físico, un componente físico que afecta a lo psicológico, o está sucediendo una sola cosa?

Steven Harrison:

martes, 9 de septiembre de 2014

Como peces sedientos en medio del mar

El místico y poeta sufí Rumi sugiere que somos como peces sedientos en medio del mar, desconociendo el hecho de que estamos ya inmersos en lo que buscamos. Nos agitamos desesperadamente, cuando todo lo que necesitamos hacer es nadar, que es la expresión natural de nuestro ser.
Estamos condicionados a esta noción de que algún otro nos dará amor.
Creemos con todo nuestro ser que hemos encontrado el amor cuando encontramos a ese otro.
Pero no hemos hallado amor. Hemos encontrado una proyección desesperadamente defectuosa, una imagen imposible.
Hemos encontrado a alguien que no puede darnos lo que ya tenemos, lo que siempre hemos tenido, y lo que vamos a tener siempre.
Hemos encontrado el oscurecimiento de nuestra visión, el olvido de nuestro amor, el abrumador sopor de nuestro condicionamiento.
No hemos encontrado amor. Hemos contraído y reducido la natural expansión del universo a un mundo burbuja que consiste en mí y en el otro. Nos hemos convertido en el centro de la burbuja, y todo lo que vemos es el reflejo de ese centro en la superficie interior de la burbuja.
Este mundo brillante es perfecto, es tal y como lo esperábamos, es todo aquello que deseábamos. Y entonces la burbuja estalla.

Steven Harrison, Being One

La noche oscura del alma

¿Qué ocurre cuando no hay psicólogo, ni gurú ni dios que pueda ayudarnos?
¿Qué ocurre cuando no hay solución a nuestro conflicto, ni tampoco conseguimos la iluminación, ni siquiera el fin de nuestros problemas? ¿Qué pasa cuando sólo hay vacío y nada puede llenarlo? Nuestro mundo, nuestra vida, nuestras relaciones se desmoronan. Nos derrumbamos.
Este derrumbe de nuestra identidad y la imposibilidad de escape de este colapso es el fin, y el principio. Esta "noche oscura del alma", a través de la cual nada puede pasar, no es un suceso puntual, tampoco es lograr la iluminación. No ocurre en el tiempo ni está en el terreno del tiempo. No tiene que ver con nosotros, ni con el proceso de transformarnos en otro. No es causal, no es el resultado de algo.
Nadie puede llevarnos a este punto, ni atravesar esto por nosotros. Y no podemos crearlo, acelerarlo o terminarlo. Es un momento, es una vida.
Habiendo sido reducidos a nada, nada puede entonces expresarse a sí mismo. La expresión de esta nada es amor. Un amor que, sin origen y sin objeto, ha estado siempre presente.

(Del libro Doing Nothing, de Steven Harrison)
Para ver más sobre "Noche Oscura del Alma",: aquí